Casa Gibbs
Ubicada en pleno centro comercial de la ciudad y siendo parte del “barrio histórico” de Antofagasta, la Casa Gibbs se levanta altiva y majestuosa entre edificios contemporáneos y comerciales del sector.
Construida en 1915 y de un estilo
ecléctico con influencias francesas, consta de cuatro niveles que se distinguen
por su planta rectangular aislada. La fachada se caracteriza por poseer una
composición equilibrada y simétrica, además de contar con innumerables elementos
decorativos. A su vez, el techo posee tejados de faldones que rematan la
techumbre en cada esquina.
El interior del edificio está marcado por
una serie de escaleras propias de estructuras contemporáneas y que diferencian
los espacios interiores del exterior. La construcción original ofrecía también importantes
fuentes de luz natural en sus diferentes niveles, contando con vanos y
ventanales que permitían una correcta distribución de la luz en su interior.
La casa contaba con una edificación
adyacente a la fachada sur, la cual fue derrumbada, dejando un amplio espacio,
el cual ha sido utilizado de diversas formas a lo largo del tiempo
De esta manera, se presenta una
estructura de elegantes proporciones que marca presencia entre los inmuebles
del sector.
LA EMPRESA GIBBS
La presencia de la firma británica en la
región y en el país data de mucho antes de la fecha de construcción de la Casa,
ya que desde el siglo anterior el puerto de Valparaíso era el centro de
operaciones para toda esta zona. Desde allí controlaba diversos negocios, principalmente
los vinculados a la industria salitrera.
Asociado a importantes inversionistas
como Agustín Edwards, Melburne Clark y otros, la empresa participó de la construcción
e instalación de importantes obras de desarrollo para la naciente industrialización
de la región.
Entre sus negocios, tenía una fuerte participación
en la Compañía de Salitres y Ferrocarril de Antofagasta. Desde allí, tenía
presencia en la empresa ferroviaria y en varias oficinas salitreras. Además,
como agentes aduaneros, fue encarga de embarcar al exterior el salitre
producido en la región y del estaño proveniente de Bolivia. También fue representante
de diversas compañías salitreras como la Compañía Salitrera el Boquete, The
Nitrate Company Limited y The Pacific Company, entre otras.
Después de la partida de la empresa, el
edificio fue ocupado largos años por la Cámara de Comercio de Antofagasta y en
su costado funcionaron una serie de locales comerciales. Durante la década de
los ’80 acogió las oficinas del diario “El Pampino” y posteriormente fue sede
de una universidad.
Sin embargo, no fue hasta ya entrado el
nuevo milenio cuando la fachada del edificio es intervenida a través de la
creación de un mural de mil metros cuadrados, obra del artista Luis Núñez San
Martín, el cual recrea la época salitrera. A ello se agrega una recreación de
una antigua estación ferroviaria, donde son retratados una serie de personajes
de la historia de Antofagasta.
Junto a ello, la explanada colindante fue convertida en una
plazoleta, haciendo del sector un atractivo turístico y testimonial de los años
de esplendor y grandeza salitrera en Antofagasta.
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